F E M I N I S M O

Tuesday 23 February 2010

¿IGUALDAD ENTRE MUJERES Y HOMBRES?






de Cecilia Giffard

Nadie con conciencia ciudadana y en sus cinco sentidos niega (abiertamente) hoy el hecho de que todos los seres humanos somos iguales; ya sea por convicción, por apego a la ley o por no querer ser comparados con aquellos que, en su momento, insistieron en las diferencias de raza para menospreciar, maltratar, utilizar y aniquilar a sus semejantes.

Mi pregunta es ¿Por qué aceptamos sin ningún problema esta premisa de igualdad en los seres humanos y saltamos a negarla cuando se trata de la lucha feminista? ¿Por qué el hecho de que hombres y mujeres somos iguales es constantemente refutado, con la clara intención de remarcar diferencias entre ambos? ¿Es que acaso los hombres y las mujeres no somos seres humanos? ¿La igualdad entre hombres y mujeres no debería ser en todo caso una cuestión de simple silogismo?

Creo que los seres humanos están divididos en dos grupos: un grupo dotado de un aparato reproductor capaz de gestar y amamantar, y otro con un aparato reproductor capaz de inseminar. A estos grupos los seres humanos hemos decidido llamarlos “mujeres” y “hombres” respectivamente, eso es todo. Lo demás que le agreguemos a ello, es completamente relativo.

Difícilmente podemos diferenciar a dos bebés si no vemos su sexo. Difícilmente podemos diferenciar a dos personas adultas desnudas paradas de espalda, a menos, claro, que tiremos de características típicas que socialmente hemos impuesto a un genero u otro, como curvas corporales, espaldas anchas, cantidad de bello, etc. Pero todos sabemos que tanto hombres como mujeres pueden presentar estas características, ¿Es acaso una mujer sin curvas menos mujer, un hombre con espalda angosta menos hombre, o viceversa? NO. Sin duda alguna estas tipologías no son características que definan con certeza el sexo.









Sin embargo nos han hecho creer que es así, haciéndonos sentir inseguros con nuestra sexualidad, obligándonos a recurrir a artilugios que nos hagan parecer más mujeres u hombres, como si esto no es ya una condición que nos viene signada por naturaleza.

Lo que no nos viene signado por naturaleza son nuestros gustos, preferencias, actitudes y acciones; la manera en la que, por la razón que sea, decidimos ejercer nuestra sexualidad. Con esto quiero decir que: si un hombre expresa abiertamente sus sentimientos, no es su “lado femenino” el que esta actuando; es su ser. Si una mujer decide dedicarse al boxeo no es por que sea masculina; es su gusto.

La lucha feminista, satanizada aún hoy día (al punto de que hay muchos que al decir que son feministas lo deben hacer comedidamente y si es posible, justificarse por ello) no es mas que el deseo de una parte de la sociedad por eliminar el género como justificación. El feminismo lucha para que, cuando un niño o niña muestren agresividad o ternura se busque la causa de su acción o emoción y no se diga simplemente que es por su sexo.


Antes de ver o defender las diferencias entre hombres y mujeres es interesante que nos planteemos que traen consigo esas diferencias, y si las mismas no tienden a anular al individuo y su condición de único e irrepetible.

A muchas personas les parece absurda y hasta retrógada la lucha feminista, pero la realidad es que cada vez que alguno de nosotros dice “claro que somos diferentes”, a una mujer en África le sercionan el clítoris, por que las mujeres de igual forma no disfrutan el sexo o no deben disfrutarlo. Cada vez que decimos “La igualdad entre hombres y mujeres es imposible”, una niña es casada con un hombre que le cuatruplica la edad; o una mujer maltratada se queda en casa por que a fin de cuentas ella es mujer y debe “aguantar” pacientemente por el bien de los demás (el marido, los hijos, etc)







Creemos que esto no nos afecta. Pero piensen por un momento: si algunas vez como mujer te has sentido tan dolida e impotente que te has venido en llanto y alguien menosprecia tu sentimiento diciendo “Así son las mujeres, lloran por todo”. Eso es machismo puro y duro.

Piensa si como hombre y por tu condición de hombre te has visto coaccionado a herir o despreciar a una persona a la que no querías ni herir ni despreciar para quedar bien con la mayoría, para dejar claro que estás en contra de la homosexualidad y así reafirmar tu masculinidad; pues eso es machismo. Y con esto aclaro que la homofóbia no es más que una expresión del machismo.

Me pregunto ¿Es justo?, ¿Hasta cuando hay que tolerar que nos encasillen?, ¿Qué pasa con el individuo?, ¿Hasta cuando vamos a permitir que nuestro sexo sea una cárcel, una cruz?

Hay quienes alegan que hay diferencias biológicas que determinan estos comportamiento y yo particularmente no voy a discutirlas. Sin embargo quiero decir que, mas allá de las partes del cerebro que compartimos con el resto de los mamíferos; mas allá de nuestra memoria primitiva y del entramado hormonal de nuestro organismo, el ser humano tiene el Córtex, que nos hace capaces de modificar y razonar nuestra conducta. Gracias a él vamos vestidos y no hacemos nuestras necesidades fisiológicas en plena calle, porque hace mucho tiempo decidimos modificar estas conductas propias de nuestros cerebros y memorias primitivas, para aumentar nuestra expectativa de vida y facilitar la supervivencia.







Ahora bien, esto nos deja en este momento con dos opciones. O abandonamos el uso del Córtex y le damos rienda suelta a nuestros instintos primitivos, en cuyo caso deberemos desvestirnos, abandonar los cubiertos, eliminar los baños y dejar de impresionarnos y darnos golpes de pecho por las mujeres violentadas y asesinadas y por los que comen de la basura y viven en las calles; por todos aquellos que se suicidan por ser vilipendiados por la sociedad y por aquel niño raquítico que estaba a punto de ser comido por un ave de rapiña; total, somos animales, esta es la selva y que sobreviva el mas apto. O podemos comenzar a ejercitar el Córtex, procurando desarrollar nuestra humanidad.